El “apropiacionismo” de los fotógrafos Cindy Sherman y Richard Prince en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires
Cindy-Sherman - De la serie Film Stills
Cindy Sherman - Untitled #458 - A pedido de Vogue y Balenciaga
Richard Prince - Untitled - Cowboy
Richard Prince - Untitled - Cowboy
En estos días puede verse
en el Malba la muestra de dos reconocidos fotógrafos estadounidenses
contemporáneos que se presentan por primera vez en el país. Se trata de los
artistas Cindy Sherman (Nueva Jersey, 1954) y Richard Prince (Panamá, 1949),
que comenzaron sus trayectorias a partir del movimiento conocido como la
Pictures Generation (Generación de la Imagen), a mediados de los 70 en Nueva
York.
La exposición, que integra la colección del
Museo Astrup Fearnley de Oslo, y está curada por Victoria Giraudo y Gunnar B.
Kvaran, ofrece una gran oportunidad al público argentino para acercarse a las
series más representativas de sus respectivos trabajos. Tanto Sherman como
Prince, desarrollaron una estética que se sirvió de imágenes de la cultura
popular norteamericana y de los medios masivos de comunicación para la creación
de sus obras. El procedimiento consistía en “apropiarse” de imágenes de ese
mundo para recontextualizarlas luego estéticamente.
Ya el arte pop, a fines de la década del 50
y a lo largo de la del 60, había explorado las manifestaciones de la sociedad
de masas y el consumismo, elevando elementos de la vida cotidiana -que
cualquier espectador podía tener en su casa-, a la categoría de arte. Recordemos
las latas de sopa Campbell o las cajas Brillo que Andy Warhol reconstruyó y
colocó en galerías. Tanto él como después Sherman y Prince entre muchos otros artistas,
cuestionaron radicalmente las nociones modernas de originalidad y autoría, y
reivindicaron el uso de la imagen “apropiada” y la reproducción, generalmente
de elementos de la cultura visual de masas.
Pero si en los trabajos de Warhol no
podíamos dilucidar siempre si se trataba de un cuestionamiento o una
celebración del mundo del consumo y las personalidades célebres, en las fotos
de Sherman y Prince no nos cabe duda de que disparan una fuerte crítica a la
sociedad contemporánea.
Innumerables
personajes
Una de las series más
reconocidas de Cindy Sherman es Film
stills (Fotos fijas) (1977–1978). En ella, y por medio de vestimentas, pelucas
y maquillaje, se retrata a sí misma representando distintos personajes femeninos
estereotipados –secretaria, ama de casa, mujer con glamour- extraídos de la
cultura popular, como las películas de Hollywood de fines de la década de 1950
y comienzos de 1960. El grupo no sólo enjuicia los modelos construidos por los
medios masivos, sino que también cuestiona la sociedad patriarcal, donde la
mujer debe ocupar diferentes roles preconcebidos para colmar las expectativas
de los hombres. El procedimiento estético –ser la fotógrafa y la fotografiada
al mismo tiempo, poner su cuerpo como soporte de su obra-, es una marca
registrada del arte de Sherman, un modus operandi central que se extenderá a lo
largo de los años y que nos da indicios de la temprana autoconciencia que tenía
de su propio medio. En la muestra pueden verse tres obras de esa serie, en las
que ella aparece tanto en un ámbito doméstico –la cocina-, como en un paisaje
abierto en la naturaleza.
Otro grupo que integra la muestra es Centerfolds (Desplegables), de 1981. Se
trata de un encargo que le efectuó la revista Artforum, pero que no llegó a publicarse. Nuevamente como
protagonista, Sherman se fotografía a sí misma actuando personajes vulnerables.
Allí, buscaba reflexionar sobre la
mirada masculina que cosifica a la mujer. El formato apaisado de las fotos,
remite a las páginas centrales de las revistas para hombres y la pantalla del
cine.
Fruto de un pedido para crear diseños para
una vajilla que buscaba conmemorar el bicentenario de la Revolución Francesa,
la artista comenzó a interesarse por el género del retrato en la historia del
arte. Surgió así History Portraits/Old
Masters (1988-1990) (Retratos históricos/Antiguos Maestros), un grupo de
retratos de estilo renacentista que, por medio de prótesis de pecho visibles,
maquillaje y el uso de telas levemente desordenadas, acentúan el carácter
ficcional de las fotos, al tiempo que critica la escasa presencia de mujeres en
la historia del arte.
Más cercana en el tiempo, puede apreciarse
una fotografía de 2007-2008, correspondiente a una serie encargada por la
revista Vogue para publicitar ropa de
la firma de modas Balenciaga. Sherman se muestra excesivamente maquillada y con
ropa colorida, efectuando así una crítica al mundo de la moda y a la
representación de la mujer en ese ámbito, al tiempo que jerarquiza a Balenciaga
por incluirla entre sus trabajos.
El
hombre Marlboro
No puede pensarse a Richard Prince sin su
serie Cowboys (Vaqueros). A partir de
1980, el artista se dedica a refotografiar imágenes ajenas para representarlas luego
en una galería como propias. En este
caso, dispara sus dardos contra una iconografía muy cara al espíritu
norteamericano. Se “apropia” de las masivas y populares publicidades de los
cigarrillos Marlboro y las fotografía, excluyendo los textos de la propaganda y
reencuadrando sólo las figuras de los vaqueros montando sus caballos salvajes
en medio del desierto. De este modo, critica los estereotipos norteamericanos de
la masculinidad, la independencia y la soledad con los que la marca de
cigarrillos pretende seducir a sus consumidores -el vaquero aparece muchas
veces con su lazo, objeto de dominio y sujeción con el que controla a la
naturaleza-, y pone en crisis la noción de autoría y originalidad, ya que
Prince presenta sus fotos como propias en una galería, elevándolas además a la
categoría de arte. La idea del artista como genio creador, propia de la
modernidad, se desvanece en favor del artista como “apropiacionista”, una
configuración posmoderna que utiliza como método, entre otros, la ironía.
Otro de los aspectos de esta práctica
artística es el cuestionamiento de los derechos de autor. En este sentido,
Prince debió afrontar varios litigios legales.
También puede verse en la muestra una
refotografía que hace Prince en 1983 de una imagen de Brooke Shields desnuda a
los diez años. La madre de la actriz había autorizado esa foto como forma de
promocionar su carrera en 1975. El artista denomina irónicamente a esta obra Spiritual America, tomado de una
fotografía de Alfred Stieglitz de 1923. Con ello, no busca reflexionar sobre la
imagen en sí misma, sino efectuar una crítica a lo que para el artista es una
crisis de valores y una decadencia moral en la sociedad. Como continuación de
este relato, cuelga también una foto de Shields adulta y en bikini, que, a
diferencia de aquella foto de niña, toma esta vez control de la situación.
En cuanto a su producción más reciente,
vemos Untitled (Portrait) (Retrato),
de 2014, en la que el artista refotografía perfiles de mujeres jóvenes que
posan en Instagram y que presenta como propias. Allí critica el modo en que la
sociedad actual busca mostrarse en Internet en forma masiva.
Los trabajos de estos célebres artistas
pueden verse hasta el 29 de octubre.
Orlando Speranza
En el Malba, Av.
Figueroa Alcorta 3415
Jueves a lunes, de 12 a
20. Martes, cerrado.
Miércoles, de 12 a 21.
Valor de la entrada:
$140.-
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