Diane Arbus en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires







    Sí, Diane Arbus (Nueva York 1923-1971) es la fotógrafa de los freaks, -todos reconocemos ello-, la que extendió los límites conocidos hasta el momento de lo que era fotografiable y lo que no. La que mostró las vidas sufrientes de sujetos que no encajan en este mundo. Fue quien recibió la condena de muchos entusiastas del arte al no poder verse reconocidos en sus imágenes o, más bien, al percibir que un elemento extraño, de "mal gusto" era incorporado por la artista al universo estético.
    Todo ello es cierto. Pero también hay otra serie de fotografías que escapan a esta definición. Son instantáneas de la vida ciudadana, más específicamente de Nueva York.
    La muestra se llama "En el principio", y es la primera exhibición en Argentina de la reconocida artista, integrada por más de cien fotos correspondientes a los años 1956-1962. La exposición presenta la misma puesta organizada por el Met de Nueva York en 2016 y finaliza con obras pertenecientes a los años 1970-1971, entre las que figuran algunas de sus obras paradigmáticas como "Gemelas idénticas" y "Gigante judío en casa con sus padres en el Bronx". 
    Lo que hay que decir es que la exhibición presenta dos momentos de la artista. Primero están las fotos de calle. Y después, las que la hicieron célebre y polémica: las de los fenómenos.
    Uno ingresa a la sala y se encuentra con una serie de paneles desde los cuales cuelgan las obras. Así, el espectador puede leer la muestra en forma cronológica y la recorrerá ordenadamente, observando cómo se despliega la ciudad en imágenes. Pero también puede perderse entre los paneles y observar en forma caprichosa y sorpresiva las distintas obras que lo harán viajar por esa Nueva York de los años cincuenta y parte de los sesenta.
    Las fotos de calle nos hacen pensar en Baudelaire y su definición del flâneur, aquel sujeto que se desliza despreocupadamente por las calles de la ciudad moderna, mezclándose por momentos con la multitud y convertido en un espectador, un cazador de imágenes. Es un observador solitario, que conserva el anonimato en la muchedumbre, la distancia que lo hace estar afuera y adentro al mismo tiempo. ¿No es acaso Diane Arbus una paseante que deambula por la ciudad, abierta a lo que esta pueda ofrecerle? Ella mira el entorno y congela con su cámara un instante; lo aisla del flujo incesante de la vida. Busca, como escribió, "lo divino en las cosas ordinarias". Así, aparecen taxis, pasajeros en colectivo, niños en la calle, y gente en la playa. Y todo ello facilitado por la cámara portátil de 35 mm., herramienta esencial del paseante fotógrafo.
    Sin embargo hay otra Diane Arbus. Una menos espontánea, pero igual de visceral. Es la que  produjo imágenes involucrándose personalmente con sus modelos, con los que fue incluso más allá de lo fotográfico, estableciendo relaciones de confianza. Se trata de los fenómenos que posan frente a la cámara en tomas cuidadas y pensadas: enanos, siameses, travestis. Con ellos, Arbus abandona la postura del paseante y busca conectar en lo íntimo con el otro. Dice: "Para mí, el sujeto de la foto es siempre más importante que la foto. Y más complejo". Según Jeff Rosenheim, curador de la muestra, Arbus elegía el camino opuesto a los documentalistas, quienes optaban por hacerse casi invisibles frente al objeto en busca de la neutralidad. Arbus, en cambio, reemplaza objetividad por subjetividad.
    ¿Cuál es la verdadera Diane Arbus? ¿Qué la motivó a pasar de una fotografía distanciada a otra intimista? ¿Qué operó en el interior de la fotógrafa para desplazarse de una estética urbana y azarosa a una planificada, donde los personajes posan para la foto? Es probable que la artista haya decidido jugar una apuesta más riesgosa al apuntar su cámara hacia el universo de los freaks. No tenía asegurada la complacencia del mundo del arte. De hecho, no fueron pocos los que reaccionaron con desagrado frente a sus imágenes pobladas de marginales sociales. Sin embargo, el tiempo jugó a su favor. Hoy, su trabajo ocupa un lugar trascendental en la historia de la fotografía. Se podría decir que estamos frente a un fenómeno complejo, en el que ambos mundos son la expresión de un talento versátil y único.

Orlando Speranza

En Malba.
Av. Figueroa Alcorta 3415
Hasta el 9/10/17
Jueves a lunes: 12:00 a 20:00.
Miércoles: 12:00 a 21:00.
Martes: cerrado.

Comentarios